"Mucha gente preferiría morir antes que pensar. De hecho, lo hacen" Bertrand Russell.

domingo, 26 de enero de 2014

Pensar la navaja de Hitchens

Entre los pensadores de moda de nuestros días, es posible encontrar como destacado al difunto escritor y periodista inglés Christopher Hitchens. Antes de continuar, permítanme aclarar que el que ubique a Hitchens entre los "pensadores de moda" no significa en modo alguno que se le menosprecie (yo personalmente admiro su agudeza, inteligencia y destreza retórica), sino con esto me refiero a que es de los más sonados y citados cuando se presenta algún debate sobre pensamiento crítico, religión y ateísmo.

Hitchens fue un brillante crítico social y un escritor de primera (cuando murió, recuerdo que no faltó el que lo comparó en su genialidad con el mejor escritor de Inglaterra, Charles Dickens), licenciado en filosofía, ciencias sociales y economía; un izquierdista político puro y duro que se opuso a más de una guerra, criticando a figuras idolatradas en su tiempo (y aun hoy en día) tales como Lady Di, la madre Teresa de Calcuta, Henry Kissinger y Benedicto XVI. En fin, Hitchens tiene un lugar bien merecido en el firmamento de los intelectuales anglosajones como Bertrand Russell, Charles Dickens y TS Eliot (solo por mencionar algunos). 

Hablar pues, del pensamiento y la obra de Hitchens seguramente será un tema que tocaré seguido en este blog, pues en sus libros, artículos y presentaciones nos dejó pensando en más de un tema sobre política, socialismo, activismo, pensamiento crítico y la defensa militante de los derechos humanos (así como tampoco creo que falte alguna crítica necesaria). Pero esta vez nos concentraremos en aclarar una de las ideas pop de Hitchens que circula, sobre todo, entre los allegados al movimiento escéptico y el ateísmo militante: me refiero a la navaja de Hitchens.

La navaja no viene a ser otra cosa que una frase célebre que reza: "No olvidemos las elementales reglas de la lógica, según las cuales, explicaciones extraordinarias requieren evidencias extraordinarias y lo que puede ser afirmado sin pruebas, puede ser rechazado sin pruebas." Para sintetizarlo, es usual encontrar solo la parte en que nos dice que "lo que puede ser afirmado sin pruebas, puede ser rechazado sin pruebas."





Este rasero en realidad, no es una conclusión original de Hitchens, sino que resulta ser una versión inglesa de la frase latina Quod gratis asseritur, negatur gratis. Desde luego, Hitchens nunca afirma ser el creador de tan breve y precisa norma epistemológica. La navaja es una forma resumida de lo que se conoce en teoría de la argumentación como carga de la prueba. Si uno se encuentra en un debate o confrontación, es el que afirma que X es verdad el que tiene la obligación (o la carga) de demostrar que X es verdadero; su adversario, por el contrario, y por la misma carga de la prueba, no está obligado a demostrar que X no es verdadera.

La navaja nos obliga a presentar pruebas si queremos sostener una afirmación. Si no se tienen pruebas, la afirmación puede ser ignorada o rechazada. Sin embargo, algunos han llegado a sugerir que al invocar la navaja de Hitchens en un debate se comete la falacia a silentio o argumento desde el silencio, en la que:  por el hecho de que la parte opositora en un debate, ignora la existencia de pruebas para sostener la afirmación a la que se opone, se niega la mencionada afirmación. 

La versión en español de la Wikipedia es bastante didáctica con los ejemplos que muestra de la falacia a silentio:



Paco: Sé donde vive María.
Pepe: ¿Dónde?
Paco: ¡No pienso decírtelo!
Pepe: ¡Si dices eso es porque no lo sabes!

En este caso, el hecho que Paco no le diga a Pepe dónde vive María no desmiente necesariamente la afirmación de que Paco sabe dónde vive María. ¿Pasa lo mismo cuando se dice que una afirmación sin evidencias se rechaza sin evidencias? No.

La navaja de Hitchens (y la carga de la prueba en general) no nos dice que la afirmación que no presenta pruebas para sostenerse debe ser negada, sino que es desechada por ser irrelevante. No es que la afirmación no pueda ser cierta, sino que no hay razones para pensar que es cierta. El hecho que no existan evidencias para demostrar la existencia de dioses, hadas, duendes, unicornios y platillos voladores, no necesariamente niegan la existencia de dioses, hadas, duendes y platillos voladores, sino que sencillamente el no tener razones para creer en alguna de esas cosas es una buena razón para no creer en nada de eso, hasta que se presenten evidencias de peso que demuestren la existencia de alguna de esas cosas.

Aunque Hitchens utiliza este principio epistemológico para rechazar la afirmación de que dios existe, lo cierto es que puede ser aplicable a cualquier tipo de tema o debate que presente una afirmación sin nada que la sostenga. Esto es precisamente algo que los divulgadores científicos y los filósofos saben incluso desde antes que Hitchens escribiera Dios no es bueno (libro donde aparece la navaja). Así es como tenemos a un Bertrand Russell hablando sobre una tetera orbitando Marte y sobre cómo en el futuro bien podrían existir apologistas de la tetera; o también a Carl Sagan recordándonos que las afirmaciones extraordinarias requieren siempre de evidencia extraordinaria. O incluso a un Richard Dawkins quien toma prestada la idea de la navaja para decirnos que si usted debate con él sobre algo que usted mismo afirma, entonces "la responsabilidad está en usted para decir el por qué, y no está la responsabilidad en el resto de nosotros para decir por qué no."


En resumen:
La navaja de Hitchens es la síntesis de un principio epistemológico conocido como carga de la prueba, en la que es el sujeto que afirma que X es verdadera tiene la responsabilidad u obligación de demostrar que en efecto X es verdadera, y no su adversario cuando cuestiona que X sea verdadera. Este principio, aunque no es original de Hitchens, recibe ese nombre por la popularidad de la frase célebre del autor que reza "lo que puede ser afirmado sin evidencias, puede ser descartado sin evidencias."

3 comentarios:

  1. La navaja de Hitchens es, interpretándola desde el punto de vista de la ciencia, un principio de economía: puedes hacer las afirmaciones que quieras sin pruebas pero no esperes que les preste la más mínima atención hasta que las pongas (las pruebas o al menos alguna evidencia) encima de la mesa.
    Otra cosa es proponer hipótesis arriesgadas sin pruebas, siempre que puedan ser sometidas a comprobación, aunque sea solo teóricamente. Estas propuestas son habituales en la ciencia y, si son "interesantes", es probable que alguien las aborde posteriormente para intentar verificarlas o refutarlas.
    Acabo de llegar a este blog y lo he apuntado en Feedly para seguirlo. Saludos.

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  2. Opino que ese argumento de la navaja de hitchens no es valido que lo utilice un ateo contra un agnostico.

    Y un ateo contra un religioso tampoco lo veo coherente teniendo en cuenta que el creyente reconoce que lo mueve la fe y por lo tanto no ha de probar nada para ser fiel a su creencia, basada en fe. Y en cambio el ateo si se afirma que no se basa en la fe no tiene que probar nada? no tendria que ser al reves?

    por otra parte en una sociedad sin teistas quedarian los agnosticos y los ateos, por lo tanto el ateismo es posible sin teistas y deberian probar su creencia e incluso mas si dicen que no se basan en la fe. O que ocurriria si en una sociedad sin teistas le pregunta un agnostico a un ateo por sus pruebas? la navaja de hitchens tiene efecto boomerang

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    1. No creo que tenga mucho sentido lo que dices.

      Primero, si un teísta dice creer solo por fe, entonces el debate termina y ya no hay nada más que decir. En cambio, si dice que su fe es racional, que es la verdadera fe o que cuenta con pruebas en favor del dios particular en el que cree, estará obligado a demostrarlo. Si no lo demuestra, ninguna de esas afirmaciones tendrá más peso que la afirmación "las hadas existen y yo estuve en su país encantado."

      El agnóstico no busca demostrar nada, pues por definición, el debate sobre las cuestiones de dios le son irrelevantes.

      El ateo no tiene la obligación de demostrar nada. Ser ateo significa solamente que no tiene creencia en algún dios porque no ha encontrado ningún razonamiento válido ni ninguna prueba públicamente contrastable para creer. Si dices que sí hay razonamientos válidos o pruebas, entonces está obligado a demostrarlo. Es así de simple.

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