"Mucha gente preferiría morir antes que pensar. De hecho, lo hacen" Bertrand Russell.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Ni mamerto ni libertario

"En política, exagerar para cualquiera de los dos lados es peligroso. No arriesgue el pellejo subestimando, ni haga el ridículo exagerando." Mario Bunge.



En las redes sociales es muy común encontrar páginas que promueven una variedad impensable de dos posturas básicas: por un lado los individualistas libertarios que defienden el libre mercado, la privatización de todo lo que pueda ser privatizado, o de forma sencilla el tan (tristemente) famoso laissez-faire del "amable" capitalismo. Así encontramos distintos nombres de calificativos cuya postura es esta misma: liberalistas, capitalistas, neoliberales, objetivistas, libertarios, anarco-capitalistas, etc. Mientras que por el otro extremo están aquellos que, con más de una justa razón, son llamados mamertos. Es decir aquellos que se dicen ser pro comunistas, socialistas, utopistas, anti-establishment, anti-oligarcas, conspiracionistas, etc.

No todos los calificativos en los que se puede encerrar a una postura específica pueden ser sinónimos (por ejemplo, hay mucha diferencia entre un libertario y un objetivista, aunque no tanto entre un libertario y un liberalista), de modo que centrémonos en las dos posturas principales que se debaten la forma de gobierno, las libertades individuales y los fenómenos económicos: el libertarismo y el (tal vez injustamente llamado por mi) mamertismo.

Como sabrán, no soy un experto en política, economía política o filosofía política, de modo que trataré de ser lo más mesurado que pueda, tratando de exponer en breve lo que considero los principales fallos de ambas ideas, mostrando cuan corrosivas pueden llegar a ser. Como ser humano que no conoce de forma amplia sobre el umbral de la materia política y económica, no puedo asegurar pertenecer a ningún tipo de ideología o doctrina filosófica sobre este asunto. Si acaso, me declaro escéptico político, con mucho interés en el tema, pero que se encuentra dispuesto analizar las afirmaciones que cualquier postura o doctrina política puede llegar hacer. Si bien, congenio con los ideales de izquierda ya expresados desde la Ilustración, y también sueño con ver un movimiento revolucionario racional, también trato de apegarme lo más que puedo al mundo real y a partir de este, ejercer juicios sobre temas tan llenos de retórica y ambigüedad como lo son la política y la economía. Pero veamos por qué no me considero ni libertario ni mamerto, y por qué pienso que nadie que sea capaz de pensar debería denominarse libertario o mamerto (aunque nunca he escuchado o leído a un mamerto autonombrarse como tal).

El mamertismo lo podríamos definir como esa combinación de ignorancia y deseo de cambio que muchos ciudadanos tienen dentro de sí. Así mientras un mamerto es capaz de defender sinsentidos como el socialismo científico, el comunismo, la nueva revolución armada contra quién sabe qué y con quién sabe qué finalidad, es capaz también de sostener una ideología anti-sistema, anti-científica y tecnofóbica, capaz de lanzar ataques contra lo que desconoce, como los alimentos transgénicos, las reformas políticas, los fármacos, las vacunas, los celulares, etc, basado en creencias obsoletas, supersticiones, chismes de redes sociales y el primitivo deseo de atacar y destruir todo aquello que desconoce, pero que como es propuesto por aquellos que no congenian con su ideología, entonces debe ser malo.

Desde las redes sociales es posible encontrar una variedad al gusto de ideas mamertas. Entre las más chistosas que llegué a encontrar, estaban aquellas que hablaban sobre un supuesto fraude electoral en las elecciones del año pasado, que si el Peje decía que era momento de levantarse en armas lo obedecerían como todo un líder revolucionario al estilo Zapata o Villa; también me reí bastante cuando me encontré con "el plan" de hacer que varios estados de la república mexicana se independizaran y se volvieran países autónomos, si no obtenían la renuncia firmada del actual presidente de México, Enrique Peña Nieto. 

Los mamertos pues, vienen a ser una clase de culto dogmático en el que todo se explica por la manipulación, los intereses malvados del gobierno y de empresarios, y de que "solo el pueblo puede salvar al pueblo." Mientras algunas de estas creencias resultan chistosas, otras pueden ser hasta perjudiciales. Movimientos anti-vacunación, grupos anti-transgénicos, grupos altamente violentos como lo mostraron muchos manifestantes del infame #YoSoy132, hacen ver el fanatismo religioso de este tipo de organizaciones, alentadas a su vez por el mesianismo y las campañas mediáticas de partidos y personajes políticos que se creen mesías (ejem, ejem, Peje, ejem, ejem). Si tu eres de los que piensan y apoyan todo lo ya descrito, siento decirte que eres un mamerto puro y duro.

Por otra parte, los libertarios miran con burla a los grupos mamertos, y en varias ocasiones suelen aprovecharse de ser "racionalistas" para desde ahí ofrecer su nociva visión de la sociedad en la que el estado sea casi (o completamente) nulo en las decisiones económicas, de salud, de enseñanza, de energía, entre otras.

Aunque el concepto libertarismo (o libertarianismo) no siempre se refiere a lo mismo, y es un concepto bastante usual en la política estadounidense, entenderemos por este a la filosofía política que defiende a capa y espada el afamado "laissez faire" del capitalismo para básicamente todo. O sea, es la idea de anti-gobierno que asegura que la solución a la mayoría y los más grandes problemas públicos se encontraría en el capitalismo de libre mercado y su aplicación mayoritaria o total en la sociedad.


Sus bases filosóficas, el individualismo y el liberalismo, excluyen de la moral variados puntos que muchos consideran obvios dentro de un conjunto de normas morales para una sociedad, tales como el altruismo (el cual es visto como un acto válido, pero no es necesario para decir que se tiene moral), los servicios públicos no privados (como la educación y la salud públicas), la ética ambiental (el daño ecológico es solo un "pequeño" efecto secundario de hacer negocios), etc. En su lugar, se exalta el egoísmo ético (llamado en ocasiones "egoísmo racional"), la "libre competencia", el "valor" de la propiedad privada y la privatización como recurso para la salvación de la economía, así como ideas supersticiosas y pseudocientíficas como la mano invisible de los mercados(descrita por Adam Smith), el derecho natural, la incapacidad de comprender que el individuo no es solamente él solo y sus "proezas", sino que vive en una sociedad y un momento histórico determinados, las cuales también determinan ciertos factores para llegar al lugar en el que el individuo se encuentra; el darwinismo social (no todos aceptan esto); y la idea de que el capitalismo es un sistema que surge de forma natural (incluso creando nuevas pseudociencias como la "evonomía" o economía evolutiva), que es además un sistema moral.

Los libertarios, con demasiada frecuencia, coinciden también con los desvaríos de otras doctrinas como el objetivismo de la pseudofilósofa Ayn Rand, y el oximoron del anarco-capitalismo. En otras ocasiones, se declaran adeptos de las tres posturas.

Las ideas paranoicas del mundo mamerto (o lo que algunos llaman la izquierda supersticiosa), y la visión economicista-capitalista del libertarismo, hacen que en lo personal me asquee toda idea, doctrina o plan de solución al problema social X, que esté basado en una o en otra postura.


Desde luego que hablar de los puntos principales de cada postura necesita más que solo un artículo, por lo que trataré de escribir algunas cosas más para hacer enojar mamertos y libertarios por igual, en el futuro cercano...


En resumen:
El mamertismo político se puede definir como la postura o ideología que combina la ignorancia, la superstición, la conspiranoia, el activismo socialista, doctrinas obsoletas y erróneas como el comunismo, el mesianismo, la anti-ciencia y la tecnofobia, y a partir de esta, asegurar que se puede cambiar el mundo por una utopía confusa. Por otro lado, el libertarismo es una postura anti-gobierno que defiende que el capitalismo es un sistema justo, moral y que surge de forma natural; asegura que muchos (si no es que todos los) problemas sociales podrían hallar solución si tan solo se aplicara el nocivo "laissez faire" capitalista.


viernes, 20 de diciembre de 2013

Iatrofilosofía, ¿y eso con qué se come?

Iatrofilosofía es una palabra bastante extraña. No parece hacer referencia a nada excepto, claro, a que parece ser una disciplina filosófica. Sin embargo, suena más misteriosa de lo que en realidad es: iatrofilosofía es sinónimo de filosofía de la medicina, la rama de la epistemología (o filosofía de la ciencia) que se ocupa de reflexionar sobre los problemas semánticos, lógicos, metafísicos y éticos de la medicina.

La iatrofilosofía es una de las ramas especializadas de la filosofía de la ciencia más fascinantes y a la vez una de las menos usuales en tesis y trabajos de investigación. Esto es algo extraño, dado que existen asociaciones, libros y revistas especializadas en el tema, tales como Journal of Medicine and Philosophy; Philosophy, Ethics, and Humanities in Medicine; Medicine Studies; Medicine Health Care and Philosophy; American Journal of Bioethics; Ars Medica; Bulletin of the History of Medicine; y Boletín Mexicano de Historia y Filosofía de la Medicina, por mencionar algunos.

Por alguna razón que no sé exponer, la iatrofilosofía es poco conocida. Es menos conocida que otras disciplinas como la filosofía de la historia, la filosofía de la sociología, la filosofía de las matemáticas o la filosofía de la tecnología. Tal vez es poco conocida dado que la medicina suele verse demasiado lejana de las humanidades, o porque los interesados en filosofía de la ciencia se van casi siempre por las ramas más comunes, es decir, la filosofía de la física, la filosofía de la biología, la filosofía de la mente y la filosofía de la lógica. En fin, continuemos con la iatrofilosofía.

Como es usual, cuando alguien no conoce algún concepto y después se da cuenta que este involucra cosas extrañas como la metafísica, la semántica y la deontología, suele presentarse algo de escepticismo sobre si es legítimo definir a "ese algo"  (en este caso la iatrofilosofía, que analiza los mecanismos y principios de la medicina) como una disciplina seria. ¿Pues qué no se ven esos principios y mecanismos en la carrera de medicina? ¿No se supone que los médicos saben definir bien los conceptos y problemas de su propia especialidad? ¿No se trata más bien de un enredo conceptual para que los filósofos metiches metan sus narices en la praxis médica?

Lo cierto es que estas preguntas son en efecto válidas, y sin duda cuando un filósofo intenta hablar sobre medicina sin tener experiencia o conocimientos en esta ciencia, es una señal para mirar con desconfianza dicho discurso. No han faltado los que presentaron (y presentan aún) ponencias, conferencias o ensayos sobre cosas como, la relación entre fenomenología y la praxis médica; o asegurado que no existe algo como "LA medicina", sino que lo que hay son "las medicinas" y que cada una tiene la misma validez de acuerdo a sus paradigmas (de modo que medicina y brujería serían igual de válidos); o los que niegan la existencia de las enfermedades mentales, de los gérmenes o la efectividad de inventos en beneficio de la sociedad, como lo son las vacunas. También están aquellos que rayan en la paranoia asegurando tonterías como que la industria farmacéutica es la que decide qué enfermedades se curan y qué enfermedades permanecen o incluso si se "crea" una nueva enfermedad para "estabilizar el mercado" y cosas parecidas.

Para poner un ejemplo claro sobre mala filosofía de la medicina, me viene a la mente la conferencia magistral impartida por el maestro Enrique Uribe Avín en el último día del Primero Congreso Jalisciense de Filosofía, celebrado en septiembre de 2013 en las instalaciones del CUCSH (Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, para los que no lo conozcan) de la U de G. En su conferencia, Uribe Avín comenzó asegurando su tesis principal, afirmando que lo que autores como Ruy Pérez Tamayo o Mario Bunge llaman "LA medicina" no existe. Lo que existe son muchas formas de medicinas, y cada una tiene su validez en su propio contexto con sus propios paradigmas inconmensurables, o sea, imposibles de comparar entre sí. Todo esto en base a la idea de paradigma de Thomas Kuhn (que por cierto, si Kuhn hubiera presenciado la conferencia de Uribe Avín, seguro se volvía a morir).

Uribe Avín afirmó en base a esto que la medicina practicada por Hipócrates en la antigua Grecia, era igual de válida y verdadera en sus postulados (y en su época), que lo es hoy en día para nosotros la medicina basada en la ciencia (a la que se refiere erróneamente como alopática). Según prosiguió, la medicina científica es igualmente válida que "otras medicinas" como la homeopatía y la acupuntura. Las afirmaciones de Uribe Avín son un buen ejemplo de mala filosofía, y todo por su tesis central: el relativismo cultural mal interpretado de la obra de Kuhn.

En primer lugar, es falso que la validez y veracidad de la medicina se deba a sus conceptos y el marco teórico en el que se desarrollan, sino que son válidos y verdaderos en función de que reflejen un respeto por los hechos empíricos y muestren coherencia y consistencia en sus teorías con estos mismos. Vamos, no podemos asegurar que la medicina científica sea igual de válida que la homeopatía o la brujería, porque por lo menos la medicina científica se basa en hechos y teorías científicas corroboradas, no en especulaciones de algún autor en específico.

Como es evidente, la filosofía es en muchos casos (como el anterior) una horrible cuna para poner cómoda a la pseudociencia y la superstición. Pero eso no significa que debamos descartarla, sino que como en todo, debemos tener los ojos bien abiertos ante aquellas afirmaciones que no se basen en el mundo real. La iatrofilosofía, para que funcione, debe reflexionar en base al conocimiento médico-científico, no especulando fuera de este. Así es como podemos llegar a tener interesantes preguntas filosóficas sobre medicina, que desde luego, no pueden ser contestadas por aquellos ajenos a la actividad médica. Por tanto, la iatrofilosofía, como toda filosofía especializada de la ciencia, no es un asunto solo de filósofos con intereses científicos, sino también de científicos (en este caso, médicos) con intereses filosóficos.

Los problemas iatrofilosóficos más estudiados, suelen ser aquellos problemas de Ética Biomédica (una rama de la Bioética) referentes a la relación médico-paciente. Sin embargo, no son los únicos ni los más interesantes.

Solo para dejarlos con algo en qué pensar, postulemos algunas de las preguntas más interesantes de la filosofía de la medicina, algunas de las cuales las tomo de las reflexiones de Mario Bunge: ¿Qué es la medicina: ciencia, técnica o tecnología? ¿Es la medicina predominantemente empírica, intuitiva o racional, o una combinación de las tres? ¿Qué clase de saber es el saber médico y qué clase de praxis el ejercicio de la medicina? ¿En qué consiste la verdad de un diagnóstico o de un pronóstico médico? ¿En qué difiere el conocimiento médico del biológico? ¿Cómo se ponen a prueba las teorías médicas? ¿Será posible pensar en que algún día podrá ser posible hablar de un "Newton de la medicina"? ¿Qué es una enfermedad? ¿Debe seguir intentándose salvar la vida a todo coste o es preciso tener en cuenta los factores psicológicos y económicos? ¿Es moralmente lícito el ejercicio privado de la medicina en áreas donde la enorme mayoría de la población carece de acceso a servicios médicos? ¿Debería un médico certificado recomendar y practicar pseudomedicinas como la homeopatía, solo porque sus pacientes consideran que son efectivas o debería informar adecuadamente a sus pacientes?

En fin, para no hacérselas larga, les diré sencillamente que la iatrofilosofía es de esas cosas de las que uno no solo debería interesarse por cultura o por conocer de filosofía, sino que además es un asunto que habría que conocer por nuestro bienestar y salud.

Si te ha interesado el tema, te dejo esta genial plática de Mario Bunge presentando su más reciente libro sobre el tema Filosofía para Médicos, en Intramed:


Si quieres introducirte en los problemas tradicionales metafísicos y epistemológicos de la medicina, puedes consultar el artículo referente al tema de la Internet Encyclopedia of Philosophy. Si crees que ya tienes lo necesario para meterte de fondo al tema, consulta el "Boletín Mexicano de Historia y Filosofía de la Medicina", publicado por la Sociedad Mexicana de Historia y Filosofía de la Medicina. Si buscas libros sobre el tema, puedes consultar Historia y Filosofía de la Medicina, de Juan Jaramillo Antillón; la antología Textos Generales sobre Medicina, de Ruy Pérez Tamayo con interesantes reflexiones sobre temas como la enfermedad y la muerte; así como también las dos obras de Mario Bunge en las que trata el tema: Epistemología y Filosofía para Médicos. Por último, para adentrarte en el quehacer médico, así como sus problemas de definición, investigaciones recientes y la lucha contra la pseudomedicina, entra al portal Science-Based Medicine creada y coordinada por Steven Novella.

En resumen:
La iatrofilosofía o filosofía de la medicina es la disciplina filosófica que se ocupa de analizar los problemas semánticos, lógicos, metafísicos y éticos que se presentan en el quehacer médico. Para una reflexión y análisis sustentado y coherente, es necesario contar con conocimientos en historia de la medicina así como conocimientos (y recomendablemente, experiencia) en la praxis médica. De otro modo, se corre el riesgo de hacer mala filosofía que incluso puede llegar a sustentar la pseudociencia.

martes, 17 de diciembre de 2013

¿Por qué no ha muerto la filosofía? (y por qué es improbable que muera próximamente)

Desde hace ya bastante tiempo, más de un intelectual ha llegado asegurar que la filosofía en el siglo XXI, sencillamente está de más. Se dice que la filosofía fue muy buena planteando preguntas, pero pésima respondiéndolas: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte? ¿Qué es la consciencia? ¿Qué es la materia? ¿Cuál es el fundamento de la moral? ¿Hay "algo" después de esta vida? ¿Por qué hay algo en vez de nada?

Parece ser que la ciencia se ha ocupado de hacer un excelente trabajo respondiendo a estas preguntas, y mejor aun, lo ha hecho teniendo un respeto envidiable por los hechos empíricos y siendo lógicamente consistente. Las teorías científicas como el Big Bang, la teoría atómica y la selección natural, han  respondido a quiénes somos, cómo, de dónde, a dónde y por qué venimos; hoy en día la física teórica especula sobre por qué hay algo en vez de nada, respondiendo con un "porque así lo permitieron las leyes físicas." La neuropsicología y las ciencias cognitivas, junto a la biología evolutiva, la genética y la etología ofrecen respuesta sobre la conducta humana, así como un desconsolador no ante la pregunta de si existe "algo" después de la vida. 

Por su parte, la lógica y la lingüística nos han permitido demostrar que muchas de las interrogantes hechas por los filósofos por siglos (como las preguntas del ser y su esencia) no se trataban más que de falsos problemas causados por vicios y falacias en el lenguaje. Los misterios sobre el pasado de la humanidad han sido investigados (y aun se investigan) por la antropología física, la sociología matemática, la demografía, la historia, la ciencia política y la psicología social.

Si todo esto no es suficiente, desde distintas doctrinas filosóficas se han llegado a afirmaciones falaces, anti-científicas y especulativas, que hoy por hoy no tienen cabida en una cultura científica. Nombres de oscurantistas como Hegel, Fichte, Nietzsche, Freud, Husserl, Heidegger, Foucault, Lacan, Derrida, Dussel o Zizek, son citados por profesores e investigadores de institutos filosóficos "de prestigio." En la carrera de filosofía es muy común hablar de "el problema x según el autor y" pero casi una leyenda urbana el que alguien postule "el problema x de acuerdo a los datos demostrados y."

Con todo esto, ¿no sería ridículo suponer que la filosofía tiene alguna utilidad en nuestro tiempo? ¿No es acaso tan inútil y alejada de la realidad como lo son la teología, la superstición y la pseudociencia? ¿No debería la editorial Laetoli sacar un nuevo libro llamado "La Filosofía ¡Vaya Timo!"?

Responderé en orden a las anteriores preguntas: no, no y no deberían, porque no toda la filosofía es un timo. ¿Por qué decir que la filosofía NO ha muerto?

Si uno piensa que la filosofía busca, al igual que la ciencia, producir conocimientos sobre el universo, entonces podríamos afirmar que sí, la filosofía habría muerto desde hace mucho ya que la ciencia se ha ocupado de hacer este trabajo con los mejores resultados en toda la historia. Pensadores que van desde personajes locales como el periodista Mauricio-José Schwarz hasta físicos teóricos de fama mundial como Stephen Hawking, tendrían razón al afirmar que la ciencia ha sustituido el trabajo de la filosofía. Pero una pregunta que nos deberíamos hacer antes de asegurar que la filosofía murió, es si el quehacer filosófico actual está enfocado a producir conocimiento como lo hace la ciencia. ¿Lo hace? No, y tampoco es su objetivo.

Pensemos un momento en las ramas especializadas, que también suelen ser conocidas como metadisciplinas: ¿cuál es la labor de la meta-ética, de la filosofía de la ciencia, de la filosofía de las religiones, de la filosofía de la economía, de la filosofía de la historia, la filosofía de la tecnología, la filosofía del lenguaje o la filosofía política? Se dedican al análisis lógico, metodológico, axiológico, ontológico y semántico de conceptos de la disciplina analizada (ya sea la ciencia, la religión, la política, la economía, etc.), y a partir de ahí poder comprender el funcionamiento de la disciplina, su método, sus fundamentos filosóficos, sus valores lógicos, semánticos y éticos.

Con frecuencia se suele decir que una disciplina científica o un fenómeno social (como la política y la religión) es incapaz de analizarse a sí mismo, de modo que la filosofía de esa disciplina puede definirse como el análisis de la estructura de dicha disciplina, valiéndose de otras herramientas como la lógica y la historia. Así, por poner un ejemplo, la filosofía de la ciencia tiene por objetivo el analizar la estructura lógica de los métodos, teorías y conocimientos de la ciencia y de cómo llega a producirlos. Este análisis no puede hacerse ignorando el conocimiento y el quehacer científico, por lo que muchos de las destacadas figuras de la filosofía de la ciencia han sido también científicos. 

La filosofía de la ciencia se sirve de la actividad científica, igualmente que busca apoyo en la lógica, la historia y la sociología de la ciencia, tratando de entender las disciplinas científicas como manifestaciones humanas con su respectivo impacto en la cultura. Desde luego, en la filosofía de la ciencia, así como en cualquier otra meta-disciplina es posible encontrar choradas y sinsentidos, por lo que es necesario estar con los ojos bien abiertos ante afirmaciones extraordinarias carentes de un sustento en el mundo real. En este sentido, la filosofía de la ciencia se diferencia de la ciencia misma por su intención y objeto, más que por sus principios. Esto mismo puede asegurarse de otras disciplinas filosóficas.

Un punto importante a destacar, es que el quehacer filosófico no necesariamente requiere un título en filosofía, aunque sí de conocimientos en historia de la filosofía, lógica y retórica, además de un conocimiento (y altamente recomendable, experiencia)  del quehacer, los métodos e historia en el campo especializado. Nuevamente, regresando a la filosofía de la ciencia como ejemplo, desde Neils Bohr hasta Stephen Hawking (irónico, ¿no?) que sus obras muestran análisis enriquecedores sobre la historia, la lógica y la metodología de sus áreas.

El quehacer filosófico, por tanto, no solo es realizado por filósofos, sino también por científicos interesados en los fundamentos de su propia rama. Teniendo presente que la filosofía, para que sirva, tiene que ser crítica, teniendo respeto por los hechos y manteniendo la coherencia lógica, ¿será posible seguir asegurando que murió la filosofía? Yo diría que no.



Binvenidos

Me sorprendió el parecido de esta imagen
con una foto mía.
Bueno, como algunos ya seguramente sabrán (y los que no, pues entérense), me llamo Daniel y en el ciber-espacio en veces se enteran que tengo un blog llamado El escéptico de Jalisco, en el que comparto algunas reflexiones sobre ciencia, filosofía de la ciencia, pensamiento crítico, historia, religión, pseudociencias, anti-ciencia, fenómenos paranormales, ovnis, y demás curiosidades de "lo inexplicable", "lo misterioso", "lo inaudito" o "lo controvertido." En el mismo sitio, he llegado a colar algunos temas que tienen poco que ver con la ciencia y el pensamiento crítico, principalmente reflexiones sobre filosofía tradicional, así como algunos escritos y ensayos que presenté en clases dentro de la carrera de filosofía.

Como ya saben y como ya dije (y como dice mi perfil de blogger), soy estudiante de filosofía en la U de G. Dentro de la carrera (y en el mismo Centro Universitario) es posible encontrar una diversidad de pensamiento y opiniones, más que dispares, diría que contradictorias. La pluralidad y la libertad de expresión y pensamiento son valores indiscutibles, de un valor incalculable, pero una cosa es tener libertad y otra es ser libertino.

Y aunque muchas veces nuestras madres y abuelas nos repiten esa frase el viernes por la noche antes de salir a pistear (los que salen a pistear), lo cierto es que también podemos hablar de un libertinaje de pensamiento, en el que las más ridículas choradas pueden ser vistas como reflexiones profundas, polémicas o que ponen en duda ciertos valores y/o conocimientos del mundo real. La licenciatura en filosofía parece ser el lugar indicado para encontrarse con este tipo de cosas, igual que las redes sociales, los sitios web, los medios masivos, los políticos y los vecinos del barrio.

En este blog tengo planeado publicar mis opiniones y críticas ante este tipo de cosas, junto con algo de humor, irreverencia y temas de mis gustos personales. Lo cierto es que el blog de El escéptico de Jalisco ha sido (es, y probablemente seguirá siendo) uno de mis logros personales más significativos, pero lo hice con el fin de divulgar el pensamiento crítico y tratar de iniciarme también en la divulgación científica y el debate racional. Este espacio será dedicado para mis otros intereses: la filosofía, la historia, el arte y las humanidades en general. Aunque dudo que me aguante publicar alguna cosa de ciencia o escepticismo.

Concluyendo pues, si estas interesado en ética, metafísica, estética, epistemología, gnoseología, filosofía de las religiones, filosofía de la historia, filosofía política, filosofía de la tecnología y demás temas afines, creo que este espacio te puede interesar, ya que encontraras lo que trataré que sean opiniones breves pero interesantes para el debate y la reflexión.

De modo que bienvenido.

Nota: si quieres saber un poco más sobre mi y mis intereses (lo cual dudo mucho), entra aquí.