"Mucha gente preferiría morir antes que pensar. De hecho, lo hacen" Bertrand Russell.

sábado, 1 de febrero de 2014

¿Qué es una persona?

La pregunta del título tal vez hizo que levantara una ceja, hiciera una mueca burlona y pensara "¿qué clase de pregunta es esa?" Tal vez le pareció de esas cosas obvias que pocas veces (o ninguna) se ha llegado a preguntar, porque parece tener una respuesta obvia y que por tanto, es una pérdida de tiempo siquiera pensar el tema. Posiblemente pensó "por preguntas inútiles cómo estas es que ya no quieren a la filosofía en la educación pública."

Sin embargo, pensemos por lo menos un par de minutos en este tema: ¿qué es una persona? ¿En qué tipo de clasificación entra el concepto de persona? ¿Qué implica ser una persona? Desde luego, tal vez primero quiera preguntarse ¿qué importancia puede tener el saber qué es y qué implica ser una persona? En primer lugar, el debate sobre el tema ha cobrado algo de fuerza en los últimos tiempos debido a algunas campañas y organizaciones que abogan porque especies como delfines y chimpancés sean tratados e identificados como "personas." El gobierno de la India, por ejemplo, reconoce a los delfines como "personas no humanas."

En España el Proyecto Gran Simio (PGS) busca que a chimpancés y gorilas se les reconozcan derechos por ser (de acuerdo a sus promotores) homínidos, y que como tales, merecen poseer derechos que garanticen su bienestar. Como vemos, el tema se empieza a cuestionar con el objetivo de legitimar los derechos de los animales, un tema polémico, que después trataré de aportar mis humildes críticas al asunto. Por ahora concentrémonos en el tema principal: ¿qué es una persona? ¿Por qué se busca que otras especies animales sean reconocidas como personas?

La insistencia en reconocer a otros animales como personas, se debe principalmente porque parece ser que cuando uno habla de personas, es como si hablara de una clase de categoría o estatus que le hace poseedora a preservar su bienestar. Se tiene "el derecho" al bienestar cuando se es una persona. Otro motivo, más que nada de tipo retórico, es en el que se afirma que el concepto es demasiado vago, es decir, podemos hablar de "personas físicas", "personas morales", "personas jurídicas" haciendo alusión no a individuos, sino a organizaciones, de modo que, ¿por qué no identificar individuos de otras especies como personas?

De acuerdo a la primera definición que ofrece el Diccionario de la RAE, una persona se define sencillamente como un "individuo de la especie humana." Pero lo cierto es que el concepto se usa para designar no solo individuos, sino conjuntos de individuos (asociaciones, empresas, etc), por lo que decir que se refiere a un individuo no puede ser correcto. 

Algunos podrían pensar en definir el concepto de persona a partir de lo que se le atribuye y de por qué se le atribuye. Decíamos que parece común entender que una persona, por el hecho de ser persona, es poseedora del derecho al bienestar. El bienestar se suele buscar cuando un individuo es consciente o tiene la capacidad de discernir entre lo que le causa placer y lo que le causa dolor. O sea, lo que lo daña y lo que lo beneficia. Esto ocurre solo aquellas especies con un sistema nervioso desarrollado hasta cierto punto. Usualmente pensamos que los seres humanos somos el ejemplo idóneo que engloba estas características. Por tanto, los seres humanos, por ser en efecto humanos, son personas, y como tales, tienen derecho a resguardar su bienestar. Suena bien todo esto, ¿no?  En todo el tema usamos varios supuestos y conceptos que no solo podrían aplicarse a la especie humana. Si decidimos que el razonamiento anterior es más o menos lo que define una persona, estamos en la obligación de aceptar entonces, que por persona no solo se puede entender un individuo de la especie humana. Animales como primates, delfines, y otros tipos de mamíferos podrían encajar bien en el concepto.


También quedan otras cuestiones sobre el tema, traídas no desde la filosofía o la psicología, sino desde la ciencia ficción: si algún día llegamos a ser contactados por extraterrestres, ¿aceptaremos que aquellos seres también son personas? Si algún día logramos crear robots conscientes capaces de sentir, ¿podremos decir que también son personas? ¿Puede ser considerado un humano clonado como persona? Todos estos sujetos son conscientes, son capaces de sufrir y sentir bienestar, todos pensarían en que sería injusto el que se les negaran derechos, normas y obligaciones morales, serían capaces de discernir sus diferencias... en fin, ¡harían lo que las personas hacen!

Una persona entonces, sería un individuo con derechos y normas morales, pero no necesariamente implica esto que pertenezcan a la especie humana. ¿Entran entonces las especies animales como los chimpancés y los delfines en la categoría de personas? Si regresamos un par de párrafos atrás, podríamos encontrar que sería más fácil reconocer a un extraterrestre o a un androide como personas, que las mencionadas especies animales. La definición que hasta ahora hemos manejado de persona, como ya se dijo, tiene ciertos presupuestos que pueden ser debatidos, y que en realidad se han debatido. Las características necesarias para que un individuo sea considerado como persona, suelen ser variadas: inteligencia, libre albedrío, consciencia de sí mismo, un alma, etc. La lista puede crecer a su gusto.

Pero para poder resolver la cuestión, debe pensarse en las características necesarias y que además, las que sabemos que existen (el libre albedrío, el derecho natural o el alma quedarían descartadas entonces). También sería conveniente analizar cómo es que el significado persona se entiende en la sociedad. En esta distinción es posible identificar el hecho que una persona no puede definirse ni como propiedad ni como animal doméstico. De hecho, son tres conceptos que se manejan en Derecho y filosofía del derecho para dejar en claro dilemas judiciales y morales.

Una propiedad es un tipo de ente o cosa que una persona puede adquirir o desechar a su antojo, dependiendo de sus necesidades particulares. Los animales domésticos, aunque por siglos se les ha visto como propiedades, lo cierto es que no pueden ser considerados como tal, ya que son organismos sintientes independientes que pueden sufrir. Provocar el sufrimiento de forma injustificada o justificándolo de forma amoral es, por definición, inmoral. Por tanto, hoy en día, gracias al desarrollo de la disciplina del Derecho animal (ojo, derecho animal no derechos de los animales), está penado tanto jurídica o moralmente el causar sufrimiento a especies animales "no humanas" (tal como a los activistas les gusta referirse), pero no son reconocidos como personas.  Aquí es donde regresamos a la pregunta: ¿qué se necesita para ser una persona?

David L. Anderson, profesor de filosofía de la Universidad Estatal de Illinois y director de The Mind Project (un proyecto educativo de filosofía de la mente y ciencias cognitivas, con orientación al funcionalismo), explica en su ensayo "What is a person?" (siguiendo la línea de razonamiento del comandante Maddox de Star Trek, durante un juicio) que las características para definir a una persona como "cualquier entidad que tiene el derecho moral de la libre determinación", son la inteligencia, la consciencia y el conocimiento (de sí mismo). ¿Podemos decir que existen especies animales, además de la especie humana, que puedan ser consideradas inteligentes? La respuesta, para muchos, es obvia: claro que sí. Pero las cosas se pueden complicar a la hora de preguntarnos si existen especies animales que sean conscientes y más aún, que tengan conocimiento de esa consciencia (autoconsciencia, pues). Sin estas dos, parecería imposible, primero que el individuo de la especie en cuestión sea poseedora de algún derecho (o agencia moral), ni siquiera podría ser consciente del hecho de no poseer derechos, no sería autónomo, y tampoco podríamos decir que el individuo tenga intereses personales (como el interés por su bienestar).

Pero entonces, podemos cuestionar las características necesarias que el comandante Maddox, digo, el profesor Anderson describe. ¿Es necesario que la persona se auto-reconozca o sea consciente de ser persona para poder serlo? Si así fuera, ¿por qué? De forma sencilla, y para no hacer demasiado largo esto (recuerde que mi objetivo es mostrar una introducción a estos temas filosóficos, no presentar nuevas propuestas que les den solución en todo un manifiesto), diremos que sí, es necesario que así suceda por lo menos en algún momento de la vida del individuo al que se busca definir como persona. Recuerde que el concepto persona busca hacer referencia a "algo más" que solo identificar un individuo o un sujeto, sino que además lo hace poseedor de valores morales, normas y derechos específicos. Pero las investigaciones en neurociencias en el área de la zoología han demostrado que especies como los delfines son capaces de aprender y enseñar ese conocimiento a nuevas generaciones, presentan una personalidad propia, e incluso se ha llegado a concluir que son capaces de pensar a futuro.

¿Estará un delfín consciente de todo lo anterior? Aún si se demostrara que no, ¿un delfín podría ser considerado una persona? Recordemos que el concepto ya establecido hasta ahora de persona es el de cualquier entidad que tiene el derecho moral de la libre determinación. Si el delfín no es capaz de pensar en sus intereses y en preservarlos, además que ni siquiera sabe que no es capaz de pensar en dichos asuntos, ¿cómo podríamos decir que es una persona? Pero, ¿si se demostrara que sí es autoconsciente? Basados en lo ya establecido tendríamos que aceptar que los individuos que pertenecen a la especie de los delfines son personas. Sin embargo, hasta ahora no hemos llegado a ese punto.

Los problemas aquí no terminan. El tema aún da para mucho más, gracias a los estudios en neurociencias, biología evolutiva, psicología social, sociología, informática, inteligencia artificial, además de derecho, semántica, lógica y filosofía de la mente. Los conceptos manejados en el debate (como autodeterminación, consciencia, derecho, inteligencia, experiencia, etc), son bastante complejos, y es necesario el aclarar cada uno. Como vemos, cuestionarse sobre qué es una persona, resulta en un ejercicio de profunda reflexión que cada vez se complica más. Si algo podemos concluir de todo esto, es que el concepto de persona no parece estar lógicamente conectado a la concepto de especie humana.


En resumen:
Definir qué es una persona no solo resulta en un complejo problema filosófico, sino que además presenta implicaciones lógicas en las que de una u otra forma, si nos basamos en el conocimiento obtenido gracias a la investigación en diversas áreas, estamos obligados a concluir que el concepto puede extenderse más allá de solo utilizarse para definir un individuo de la especie humana. Sin embargo, de ahí no se deriva que especies animales que no cumplen con todas las características del concepto, puedan reconocerse a sus individuos como personas.

2 comentarios:

  1. Una nota muy interesante. Ya que comentas del tema, y recientemente estaba averiguando de eso: ¿cuál es tu opinión acerca del Proyecto Gran Simio?

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    1. No creo que el Proyecto Gran Simio logre sus objetivos de que todos reconozcan derechos a los grandes primates, principalmente porque pienso que sus bases son equivocadas, y en segundo lugar, porque nadie en uso de sus plenas facultades mentales, aceptaría que otras especies tengan derechos.

      Me explico. Sus bases son erróneas porque no todos los grandes primates son homínidos. Parten del supuesto que si aún existieran otras especies del género homo les concederíamos derechos o una moral, como si la moral y los derechos fueran otorgados por gusto o por parentesco. Los derechos y la moral en sí, son una construcción cultural puramente humana, igual que la historia, la ciencia o el arte. O sea, no existe nada de eso más allá de la sociedad humana que las practica y las hace.

      En el mundo natural no existe la historia, la lógica, o el arte, igual que no existen la virtud, la justicia, los derechos y demás conceptos de tipo moral.

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